viernes, 26 de marzo de 2010

LOS PAYASOS EN LA ANTIGÜEDAD

Hace unos 2000 años los payasos irrumpen en Grecia con las denominadas atelanas, tradición seguida por los romanos en la que se presentaba una obra teatral y los payasos aparecían en los intermedios, o al final, interpretando una propia versión cómica de la obra. Homero nos habla también de Tersites, que divertía a los guerreros griegos en las retaguardias de las áreas de combate y Virgilio relata las fiestas del Ager, en las que personajes enmascarados, o maquillados, improvisaban diálogos humorísticos y representaban costumbres populares.
Dentro de los payasos romanos se hicieron famosos Cicirro, que usaba una máscara con cresta de gallo y actuaba como tal, cacaraqueando y batiendo brazos a guisa de alas, y Estúpido, que llevaba un traje de parches y un gorro puntiagudo.
Desde un comienzo estos payasos fueron patrocinados por los patricios, gentes adineradas que disfrutaban de los espectáculos ambulantes de bufones, entre los que se contaban algunas mujeres. Cuando el emperador romano se convierte al cristianismo, desaparecen los teatros y, con ellos, las famosas atelanas que también se interpretaban en calles o plazas romanas. Entonces los payasos se ven obligados a errar por las plazas y mercados de los diferentes países europeos, convirtiéndose en seres nómadas.

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